viernes, 17 de febrero de 2023

ASALTO


Su presencia fue amorosa intrusión, 

Hasta que se volvió grillete, 

Hincado en mi carne como una mordida.


Sus palabras fueron tallos nuevos

Hasta que treparon a mi garganta

y deshojaron una a una las mías.


Su compañía fue pausa, 

promesa blanda, amistad sin tacha, 

Hasta que decidió ser guadaña

Vara inclemente

Bejuco que destripa, y embiste, y rompe 

Mercader de cada pulsación, 

de cada hora 

de cada ajetreo

que me pertenecía.  


No anticipé el asalto 

La luz espesa que acuchillaba mi córnea

y me apremiaba a vivir entre elegidos. 

Ciega, abismada

sometida a otros pareceres

Atada de manos, como él esperaba. 


Nada es como era

Pero yo soy quien soy.

Ánfora sin límite, hasta que se sabe hendida. 


Temblarás al notar

Que el griterío de sus íncubos ahora es un ahogo

encomendado a la potestad del olvido.

Necia desnudez

que ya a nadie atormenta, 

que a nadie conmueve

que a nadie amansa.