jueves, 18 de junio de 2020

PALABRAS DE ORIGEN





Patria
Casa
Madre. Madre mía.
Un padre.
Daguerrotipo incierto
el prisionero que vivía libre en París
y recitaba versos
en el furtivo idioma de los gitanos.

Casa.
El ruiseñor atravesado por la espina
mi infancia a merced del estallido del ciruelo
su jugosa jarana.

Casa
Abuela.
Sus manos santas, su fe de nervio y barro,
metal y pergamino.
Oráculo de la cebolla,
la sopa, el humo
la emboscada piadosa del puchero.
Su desvarío en botón
su ahogo mínimo, su ala rota de ángel
sus lágrimas por nada.
Sus tanteos de ciega
Su conversación con los muros.

Los pies,
Las manos de los adultos.
La blanda coartada del abrazo
consuelos de avena y leche tibia.
La secreta rotura de mi madre
Su sonrisa
su ardoroso naufragio.

Los dedos titánicos de mi abuelo:
yo, arete prendido a ellos,
yo, síntesis minúscula de todos sus destierros.

Una ventana
Un azul
Un cierto verde.
Cierto mar

La brisa que nos levanta,
plenitud de gaviotas saciadas, el bullicio.

Madre
Casa.

Hermana mía
mi trozo de guerra, mi hora de recreo, mi alianza.
Un hermano colgado de su lote de cielo.
Un padre, épico y borroso
una fotografía en blanco y negro.
El esqueleto desvaído de un lirio
cosido a una cartulina.
fête de l'amour, solitaria, en la distancia:
apenas barrunto de otra primavera.

La órbita del malecón
la sirena y su escarmiento de espuma
repasando itinerarios de la claridad.

La playa sin borde, una línea imprecisa
pies descalzos, la hora de la dorada fuga,
Luz litoral,
devota del beso en los ojos de los niños.
Yo,
a merced del ascenso
prendida de los dedos del coloso.

La tibia corazonada del pan, a media tarde
Luna que mengua tres veces para ser cama.
La voz avemaría de mi madre:
El ruiseñor que se inmoló por la rosa
Andersen, la astilla en el corazón de Kay
el amor a prueba de crueldad de Gerda
Wilde y su manirrota, desmantelada estatua
Dulce compañía, ángel de mi guarda.

Casa
Madre
abuelos
Hermanos míos
Oración, sílaba primera.
nido que me acoge al final del día.

Palabras de origen,
linterna que destroza la negrura del túnel
un sortilegio.
Sólido respiro
Certidumbre de esta patria que me habita.

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